Es una verdad que muchos sabemos pero todos callamos: el hostigamiento laboral, o mobbing, es parte de la vida cotidiana de cientos de miles de mexicanos. El maltrato en el lugar de trabajo puede darse tanto de jefes a subordinados como también entre colegas, y consiste en conductas tanto físicas como verbales.
¿Por qué debería preocuparnos el acoso laboral?
Si bien para tantas personas forma parte de su realidad, el acoso laboral no es algo que debería ser normalizado porque no es inocuo: constituye el principal factor de riesgo para el estrés, y con ello genera malestar tanto en la persona que sufre el acoso como en el entorno a su alrededor, disminuye no solo la calidad de vida sino también la productividad.
Aún quienes escapan de ser víctimas de los malos tratos, probablemente también vean su trabajo afectado al estar en un entorno donde el mobbing forma parte del ambiente. Ser testigo también nos convierte en partícipes involuntarios de esta situación incómoda e indeseada.
¿Qué se puede hacer frente a esta situación?
Tratándose de un problema de salud pública, el Estado ha tomado cartas en el asunto, y desde la Secretaría de Trabajo y Previsión Social hay una ley que apunta a detectar, analizar y prevenir distintos factores de riesgo psicosocial dentro de las empresas, y también favorecer un entorno de trabajo saludable, empático y sin ningún tipo de violencia hacia los trabajadores.
Sin embargo, aún está pendiente que dicha normativa sea aplicable para los empleados del gobierno, por lo que debemos seguir exigiendo una legislación que priorice el bienestar de todos sus trabajadores en su conjunto.
No nos acostumbremos al acoso laboral. Conozcamos las herramientas con las que podemos actuar y defendernos, como la NOM 035 ya vigente.
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