La competencia económica, es decir el esfuerzo que realizan dos o más personas, comercios o empresas, para incrementar sus ventas al ofrecer más opciones de productos y servicios de mayor calidad a mejores precios., es benéfica para los consumidores, los propios agentes y la economía del país, de ahí que se consideren negativas y se sancionen las practicas que afecten o impidan la competencia.
El tamaño de y grado de desarrollo de la economía de una nación define, en buena medida su tipo de estructura de mercados, es decir el tamaño de la economía, específicamente de su demanda agregada va a determinar la cantidad y tamaño de las empresas que compitan en un mercado, así un mercado en desarrollo como el nuestro presentara diversos sectores en condición de oligopolio, es decir pocos oferentes de productos y servicios en un mercado , simplemente porque el tamaño de mercado impide la realización de inversiones rentables de nuevos competidores y condiciona la evolución de dichas estructuras de mercado a largo plazo y al crecimiento de la economía, como lo son en nuestro caso las industrias cervecera o la cementera.
Estas estructuras oligopólicas de mercado generan el riesgo de que algunas políticas y prácticas comerciales de los agentes económicas resulten anticompetitivas o monopólicas y por lo tanto sancionables administrativa y penalmente y se apliquen tanto a las personas físicas, como a las personas morales; llegando a la suspensión de actividades de la empresa, como a su disolución por orden judicial por lo que es de capital importancia conocer y evitar tales practicas.
La competencia económica permite el sano desarrollo de las empresas y sus mercados, asi que cualquier persona responsable de la toma de decisiones en una empresa debe conocer la política e instrumentos a favor de la competencia económica, ya sea para reconocer prácticas anticompetitivas y defenderla de las acciones de su competencia o de las del propio gobierno que lesionen su derecho a la libre concurrencia y participación en un mercado, o afecten al proceso de competencia; asi como evitar que las políticas y prácticas comerciales de su propia empresa que resulten anticompetitivas y le generen sanciones y responsabilidades de carácter administrativo, económico o penal
Los participantes podrán:
- Conocer las prácticas anticompetitivas.
- Reconocer prácticas anticompetitivas de los competidores que lesionen los intereses de la empresa.
- Reconocer faltas del gobierno a su obligación de garantizar el proceso de competencia.
- Conocer medios de defensa.
- Prevenir que las políticas y prácticas de su empresas generen riesgos y sanciones.
- Conocer los procesos de denuncia de prácticas anticompetitivas.
- Conocer los procesos de investigación, consulta y regularización.
¿Quiénes deben tomar el curso?
El curso está orientado a todos los participantes y responsables de la toma de decisiones que pudieran generar prácticas anticompetitivas sancionables, como las relativas al crecimiento de las ventas y de la participación de mercado (market share) de la empresa, o que sean responsables de identificar estrategias y políticas de empresas competidoras que afecten a la empresa; especialmente aquellos responsables de las políticas y prácticas comerciales,asi como a aquellas personas responsables de la administración de riesgos o del compliance en una empresa.