¿Sientes que podrías sacar más provecho de tu vida diaria? ¿Te encuentras tropezando con los mismos obstáculos una y otra vez? Es posible que la clave radique en algunos hábitos que tienes arraigados que están afectando tu rendimiento, tanto laboral como personal.
No hablamos de distraerte con el celular. Nos referimos a ciertos hábitos que podríamos asociar con alguien productivo aunque en realidad son todo lo contrario, como estos que enumeramos a continuación.
Trazarte metas inalcanzables
Puede que te consideres una persona ambiciosa porque “sueñas en grande”, pero si tu objetivo es demasiado lejano, lo más probable es que no lo alcances nunca. Las personas productivas saben partir las grandes metas en pequeñas tareas manejables.
No establecer prioridades
Si sientes que todo te abruma porque siempre tienes una larga lista de tareas pendientes, te está faltando organizar tus prioridades. Cada día, haz una lista de las tres cosas más importantes que sí o sí debes completar, y deja para otro momento lo demás.
Pretender controlarlo todo
De la misma manera, debes aprender a delegar. Tal vez en tu afán de alcanzar la perfección pretendas que todo pase por tus manos, pero sin cierta automatización de tareas, y sin confiar algunas cosas a otros, jamás llegarás a ponerte al día con tus pendientes.
No tener una rutina
Es cierto que la flexibilidad es importante en el mundo de hoy, pero las personas productivas mantienen ciertas rutinas (como levantarse siempre a la misma hora, desayunar, etc.) que las ayudan a organizarse.
No descansar lo suficiente
No serás más productivo por trabajar 16 horas diarias. Date tiempo para dormir como corresponde y tomarte algunos recreos para aprovechar mejor tus horas de actividad.
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